Sí, tan tarde:
Desde el 'marquesazo' con patines (carísimos, ahí están sin tocarlos) que tenía pendiente arreglar esta espalda que no me deja dormir.
Como cualquier otra diva comarcal, una necesita pasar por rehabilitación de vez en cuando.
Así que fui al médico ( de la privada, of course) y le dije: "eh tú, que me prescribas rehabilitación" y en eso estoy, en la Quirón, divinamente. Craso error.
Aquello no es lo que yo esperaba. Porque entre otras cosas, yo ansiaba un mísero masaje, (a cargo de un joven fisioterapueuta rapao y con zapatillas que me diera caña en la espalda mientras yo gemía de dolor y placer) ...pero no.
Lo que me he encontrado es una especie de meeting díario, una especie de orgía geriátrica de abueletes adinerados, abuelas derechonas insoportables y señoronas aquejadas de mil dolores increpando a las 2 auxiliares en prácticas de la universidad católica (de los que la clínica se aprovecha para poder ofrecer el servicio.): "Oiga, que ésto se ha acabado!" "y ahora qué hago, me tienen abandonada!" "Oiga, me van a poner la lámpara o que? tengo frío"
Y también están los tipicos comentarios de señora a señora, de esos que berrean para que obviamente los escuche el auxiliar de turno: "si es que no tienen gente" " de mí se han olvidado" "me ayudas a quitarme los electrodos, que si tengo que esperar que éstos lo hagan..."
El caso es que servidora, en medio de semejante escenario, no le queda otro remedio que ponerse le Ipod a tope y que Lady Gaga haga más soportable la sistuación.
Sin embargo incluso en éstas, la marquesa a veces descubre cosas interesantes: Una tarde entra un abuelete con taca taca, a una velocidad media de 1 metro por hora, y pasa por delante de mí. Me fijé en el taca taca, y oye, qué divino!! no era el típico taca-taca de metal-acero no. Era de bronce. maravilloso (si es que un taca-taca puede considerarse maravilloso). Estuve tentada, durante los 10 min que le costó pasar por delante de mi, en preguntarle "qué andador más bonito tiene usted!... dónde lo ha comprado?" - porque darle un empujón ahí mismo y robárselo no era plan (...)
De repente lo ví claro: debo de ser previsora y hacerme con uno de ellos! siempre ha habido clases... y la marquesa, está claro que con un andador normalito no va a caminar... quiero ése, de bronce.
Además ... está lo del Dakota. - dícese del histórico bar de osos en Valencia, cuya clientela a primeras horas de la noche se caracteriza por una media de edad 53. Y por ello, si se te ocurre ir demasiado pronto, lo encontrarás perdidito de taca-tacas por todas partes, que hay que ir apartándolos si quieres cruzar el local. Lo cual hace recomendable esperar hasta las 01:30 (hora de cierre de residencias) para acudir.
Así que servidora, que en "na y menos" se ve con taca-taca y tendrá que cambiar el horario de acudir al Dakota, se va a ir agenciando el más caro y lujoso de los andadores para dejarlo a la vista y seguir a lo suyo, hundiendo a las amigas (decrépitas para entonces) como debe ser.
Desde el 'marquesazo' con patines (carísimos, ahí están sin tocarlos) que tenía pendiente arreglar esta espalda que no me deja dormir.
Como cualquier otra diva comarcal, una necesita pasar por rehabilitación de vez en cuando.
Así que fui al médico ( de la privada, of course) y le dije: "eh tú, que me prescribas rehabilitación" y en eso estoy, en la Quirón, divinamente. Craso error.
Aquello no es lo que yo esperaba. Porque entre otras cosas, yo ansiaba un mísero masaje, (a cargo de un joven fisioterapueuta rapao y con zapatillas que me diera caña en la espalda mientras yo gemía de dolor y placer) ...pero no.
Lo que me he encontrado es una especie de meeting díario, una especie de orgía geriátrica de abueletes adinerados, abuelas derechonas insoportables y señoronas aquejadas de mil dolores increpando a las 2 auxiliares en prácticas de la universidad católica (de los que la clínica se aprovecha para poder ofrecer el servicio.): "Oiga, que ésto se ha acabado!" "y ahora qué hago, me tienen abandonada!" "Oiga, me van a poner la lámpara o que? tengo frío"
Y también están los tipicos comentarios de señora a señora, de esos que berrean para que obviamente los escuche el auxiliar de turno: "si es que no tienen gente" " de mí se han olvidado" "me ayudas a quitarme los electrodos, que si tengo que esperar que éstos lo hagan..."
El caso es que servidora, en medio de semejante escenario, no le queda otro remedio que ponerse le Ipod a tope y que Lady Gaga haga más soportable la sistuación.
Sin embargo incluso en éstas, la marquesa a veces descubre cosas interesantes: Una tarde entra un abuelete con taca taca, a una velocidad media de 1 metro por hora, y pasa por delante de mí. Me fijé en el taca taca, y oye, qué divino!! no era el típico taca-taca de metal-acero no. Era de bronce. maravilloso (si es que un taca-taca puede considerarse maravilloso). Estuve tentada, durante los 10 min que le costó pasar por delante de mi, en preguntarle "qué andador más bonito tiene usted!... dónde lo ha comprado?" - porque darle un empujón ahí mismo y robárselo no era plan (...)
De repente lo ví claro: debo de ser previsora y hacerme con uno de ellos! siempre ha habido clases... y la marquesa, está claro que con un andador normalito no va a caminar... quiero ése, de bronce.
Además ... está lo del Dakota. - dícese del histórico bar de osos en Valencia, cuya clientela a primeras horas de la noche se caracteriza por una media de edad 53. Y por ello, si se te ocurre ir demasiado pronto, lo encontrarás perdidito de taca-tacas por todas partes, que hay que ir apartándolos si quieres cruzar el local. Lo cual hace recomendable esperar hasta las 01:30 (hora de cierre de residencias) para acudir.
Así que servidora, que en "na y menos" se ve con taca-taca y tendrá que cambiar el horario de acudir al Dakota, se va a ir agenciando el más caro y lujoso de los andadores para dejarlo a la vista y seguir a lo suyo, hundiendo a las amigas (decrépitas para entonces) como debe ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario