30/11/12

Andalucia II: Redención hostelera.

No, cerdas, no es que me haya poseído el espíritu de Rocío Jurado o la Baronesa Thyssen; he vuelto a Andalucia (segunda vez en dos semanas) por motivos de trabajo.
Esta vez Málaga. Mi Málaga. Me váis a perdonar el resto de las andaluzas, pero esta marquesa valenciana, Málaga es lo único que consiente. (ya no os cuento lo que pienso de Sevilla, que me cerráis el chiringuito, cabronas). El mar es el mar, y a servidora le tira lo cosmopolita. Málaga lo es. (Sevilla es un pueblo enorme en sentido figurado y casi que en estricto también)  Mira que a mi no me gusta decriticá eh, pero llamar a la única avenida "decente" de Sevilla "Kansas City" es para hacérselo mirar. Y si tienes huevos, deja el coche aparcado en Santa Justa...
Mi Málaga. Sus boquerones (dos me comí). Su puerto, sus chulazos, y ese pedazo aeropuerto con todo en alemán e inglés.
Asín que Granada una semana y Málaga a la siguiente; pero para comparar el granadino hotel Citymar San Antón de 4 estrellas con el NH Málaga de 4 estrellas y ser justa, debería volver a Granada, darle dos bofetadas a la camarera;  arañar la cara a los conserjes, incendiar el edificio, y echar una meada sobre sus cenizas;  porque el peor hotel de 4* que servidora ha conocido,  es poco más que un motel de carretera Tarantiniano, con mobiliario viejo y  roto de la basura, un servicio impertinente y una comida de comedor social.  Por supuesto, que de ambos buffets libres de desayuno salí tambaleándome como Fraga - faltaría más - pero el desayuno del NH de Málaga deja al despropósito de albergue social del San Anton al borde de lo insultante. Se podría decir que en Granada desayuné cereales del Makro en un establo, en el comedero de los cerdos, y en Málaga me perdía entre ingredientes de yogures tés, frutas, zumos,panes, embutidos y bolleria en un buffet elegante y exquisito.

Señores de la consejería correspondiente de la Junta de Andalucía: Quítenle no una, sino dos estrellas al San Antón,  que así será más acorde a sus tulipas rajadas, duchas amarillentas y viejas, televisiones de tubo de 14" que no se pueden ver desde la cama y muebles con la melamina rajada golpeada y atacada de ácidos de los 80... o no se extrañen de leer o peor aún, VER, artículos como éste.






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